Comprar un teléfono reacondicionado es, hoy en día, una decisión inteligente para el bolsillo y para el planeta. Lo que antes se asociaba con “segundas manos” ahora se entiende como parte de una nueva cultura tecnológica: la del consumo consciente y circular.
Un smartphone reacondicionado ha pasado por un proceso de revisión técnica exhaustiva, donde se prueban sus funciones una a una: pantalla, batería, cámara, micrófonos, sensores, conectividad Wi-Fi, Bluetooth y red móvil. Los componentes que no cumplen los estándares se reemplazan, y cada equipo se clasifica según su estado, de modo que el comprador sepa exactamente lo que está adquiriendo.
Este control de calidad incluye más de 50 pruebas funcionales y una revisión final de estética y batería. Gracias a eso, el rendimiento de un reacondicionado alcanza hasta el 95% del de un equipo nuevo, pero a un precio 30% a 50% más bajo.
Además, los dispositivos reacondicionados suelen incluir garantía formal de entre 6 y 12 meses, algo que no ocurre cuando se compra un usado en plataformas entre particulares.
El impacto ambiental también es contundente: cada teléfono reacondicionado evita fabricar uno nuevo, lo que implica extraer más de 40 materiales distintos, muchos de ellos tóxicos o escasos, y contamina hasta 600,000 litros de agua si termina en un vertedero.
En un momento en que los teléfonos premium superan los 20,000 pesos, el reacondicionado ofrece tecnología de alto nivel, con respaldo técnico y sin deuda. Ya no se trata de conformarse, sino de elegir con conciencia y confianza
Fuentes:
https://www.comunidad.madrid/servicios/consumo/productos-electronica-reacondicionados-son-tiene-derecho#:~:text=Productos%20de%20electr%C3%B3nica%20reacondicionados:%20qu%C3%A9,tiene%20derecho%20%7C%20Comunidad%20de%20Madrid