En los cajones de México yacen millones de smartphones que esconden un valor desaprovechado. Son dispositivos con componentes valiosos, vida útil remanente y una historia tecnológica que aún puede continuar.
A nivel mundial, más de 5,000 millones de teléfonos permanecen sin uso, con tasas de recuperación que raramente superan el 15%, el 85% restante nunca entra en sistemas formales de reciclaje o reacondicionamiento, según la ITU. Este rezago representa una pérdida ambiental y una oportunidad económica subestimada.
Cada teléfono que no se recupera significa litio, cobre, oro y plásticos de alta resistencia desaprovechados. El problema no es solo ambiental, sino de eficiencia productiva. La industria tecnológica produce nuevos dispositivos a un costo ambiental enorme mientras ignora los recursos que ya existen.
Reducto ha desarrollado un sistema de diagnóstico basado en más de 50 puntos de verificación que evalúan la funcionalidad, el rendimiento y la condición estética de cada equipo. Este método, aplicado por técnicos certificados, garantiza que cada dispositivo reciba un precio justo respaldado por datos, no por estimaciones arbitrarias.
La trazabilidad y los estándares de revisión de Reducto establecen una nueva referencia para el mercado secundario. Gracias a la transparencia del proceso, el usuario conoce el valor real de su smartphone, reduce la incertidumbre y contribuye a un modelo donde la confianza y la circularidad se fortalecen mutuamente.
Tu teléfono usado no es basura electrónica: es capital circular esperando ser liberado. Y con Reducto, ese valor vuelve a moverse, creando una economía donde cada ciclo cuenta.
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