Detrás de cada smartphone reacondicionado que llega a nuestras manos hay una decisión con impacto: la de extender la vida útil de la tecnología y reducir su huella ambiental.
En Reducto, reacondicionar significa aplicar un proceso técnico de más de 50 puntos de inspección que incluye diagnóstico de batería, pantalla, cámaras, conectividad, limpieza profunda, sustitución de componentes y reinstalación de software. Solo los equipos que superan todas las pruebas se certifican para su venta, con garantía de hasta 12 meses y respaldo postventa real.
Pero nuestro compromiso no termina ahí. Trabajamos con socios certificados R2, como Proambi, que garantizan que cada dispositivo, pieza o residuo electrónico tenga un tratamiento responsable y trazable. Así aseguramos que nada se desperdicie y que cada material recuperado vuelva a integrarse al ciclo productivo.
Cada equipo reacondicionado evita la extracción de minerales, el consumo excesivo de agua y la emisión de CO2 derivados de la fabricación de nuevos dispositivos. Elegir reacondicionado no es solo una decisión económica: es una elección de futuro que permite seguir disfrutando de la tecnología sin comprometer al planeta.
💬 La segunda vida de la tecnología comienza cuando decides darle otra oportunidad.