Un celular reacondicionado no es un “teléfono usado”, sino un dispositivo restaurado profesionalmente para recuperar su funcionalidad total. Los reacondicionados certificados mantienen más del 95% del rendimiento de un equipo nuevo, gracias a procesos de diagnóstico, calibración y sustitución de componentes bajo estándares industriales.
Cada unidad pasa por más de 50 puntos de control técnico, que revisan el estado de la batería, cámara, pantalla táctil, micrófonos, altavoces, GPS, conectividad Bluetooth, sensores de proximidad y rendimiento térmico. Solo los equipos que superan todas las pruebas se consideran aptos para volver al mercado.
Los componentes clave —como baterías, pantallas o sensores— se reemplazan por piezas nuevas y certificadas. Además, se calibran brillo, sensibilidad táctil, resolución fotográfica y respuesta de color para garantizar una experiencia fluida en apps, llamadas y multimedia.
En cuanto al aspecto físico, los equipos se clasifican en distintos grados de apariencia:
- Grado A+: luce y funciona como nuevo, sin marcas visibles.
- Grado A: presenta leves signos de uso, pero conserva excelente rendimiento.
- Grado B o C: puede tener detalles estéticos, pero su funcionamiento es completo y garantizado.
Estas categorías ayudan al usuario a elegir según su presupuesto sin renunciar a la calidad. La diferencia con un teléfono nuevo suele reducirse al empaque o los accesorios, nunca al desempeño.
En Reducto, cada dispositivo reacondicionado se somete a pruebas de confiabilidad técnica que superan los estándares del mercado, ofreciendo un rendimiento que rivaliza con el de los equipos nuevos, a un precio mucho más justo.