Aunque los smartphones pesan menos de 200 gramos, su huella de carbono puede llegar a 120 kg de CO2, dependiendo del modelo, materiales y especificaciones, detalla una investigación del sitio “Compare and Recycle”. Este contraste sorprendente revela que el verdadero costo ambiental de estos dispositivos empieza mucho antes de que lleguen a nuestras manos: desde el diseño, la extracción de minerales y la fabricación, hasta su uso diario y eventual reciclaje.
El diseño del smartphone determina hasta el 80% de su huella ambiental. Decisiones sobre durabilidad, materiales y eficiencia energética definen cuánta energía y recursos se necesitarán durante toda la vida útil del dispositivo.
Extraer materiales cuesta un planeta
La tendencia hacia smartphones “premium” con aluminio, acero inoxidable, cerámica o vidrio reforzado ha elevado el impacto climático, en comparación con los plásticos y baterías removibles de generaciones anteriores.
Un smartphone contiene hasta 62 elementos distintos, muchos provenientes de minería en regiones donde la regulación ambiental y laboral es limitada. Según el artículo, para obtener los metales necesarios para un solo teléfono se deben extraer 10-15 kg de roca, generando devastación ambiental significativa. Recuperar metales de dispositivos antiguos y optar por smartphones reacondicionados es clave para disminuir esta presión sobre los recursos naturales.
Fabricación y distribución: la etapa más intensa en carbono
La producción concentra hasta el 90% de las emisiones de carbono de un dispositivo. Cada nuevo smartphone requiere extracción y ensamblaje de componentes que podrían reutilizarse. Aquí es donde el reacondicionamiento se convierte en un aliado ambiental: extender la vida útil de un teléfono ya producido reduce drásticamente la demanda de nuevos materiales y la emisión de CO2.
El consumo energético durante la carga y uso diario representa entre el 8 y 30% de la huella total. Además, el reciclaje de smartphones es complejo; la combinación de metales, plásticos y vidrio requiere procesos especializados.
Programas de reacondicionamiento y venta de teléfonos refurbish permiten reutilizar componentes valiosos, cerrando el ciclo de manera eficiente y disminuyendo la dependencia de minería y fabricación nueva.
¿Qué pueden hacer los consumidores?
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Comprar smartphones reacondicionados en lugar de nuevos.
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Mantener su dispositivo por más años, reduciendo la huella anual de CO₂.
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Reparar y revender teléfonos antes de reemplazarlos.
¿Qué puede hacer la industria?
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Ofrecer teléfonos reacondicionados premium certificados como alternativa sostenible.
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Rediseñar dispositivos pensando en reciclaje y reutilización.
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Implementar modelos de leasing o extensión de planes de uso.
El impacto ambiental de un smartphone es un recordatorio de que la tecnología que llevamos en el bolsillo tiene un costo ecológico invisible, y la industria del reacondicionado y la economía circular es la vía más eficaz para reducirlo.
Reducto busca posicionarse como referente en este sector, ofreciendo soluciones para consumidores y empresas que buscan minimizar su huella ambiental sin renunciar a la tecnología de alta calidad.
Fuente:
https://www.compareandrecycle.co.uk/blog/environmental-impact-of-your-smartphone